El Pilluelo de Madrid
(Los Hijos del Pueblo)
Huérfano soy en la tierra
y por eso no suspiro, que independiente respiro y el mundo a mí no me aterra. Libre soy y mis hermanos han de ser todos los hombres; nada me importan los nombres de marqueses y villanos. Yo nací del pueblo bajo y de la gente villana, y aunque soy de la canalla, vivo a costa del trabajo. Soy de la gente perdida como dicen los señores, de los que a fuerza de sudores se ganan la honrada vida. Yo entre las turbas paseo del barrio de la Paloma, tras un belén, otra broma; tras un baile, otro jaleo, y viva siempre el bureo. Yo me voy a la Pradera, entre perfumadas flores, a gozar de los amores de una mujer hechicera. Que es de Madrid la esmeralda con su airosa mantellina, con su cintura “devina” pie chiquito y corta falda. Más que un palacio esplendente me gusta a mí una merienda en el Canal con mi prenda, de Madrid sol refulgente. Allí se baila y se goza y olvidan lances aciagos, y calientes con los tragos se juguetea y retoza. A los que escuchéis decir que esta mi canción les carga, son de la cáscara amarga; que la traguen y ¡a vivir! Qué poco le importa al pillo de tirana y negra gente; siempre dice lo que siente, la verdad es su estribillo; y con esto, me las guillo. La Fama de Madrid Ed. Acíes. 1958. (Se remonta, por lo menos, al XVII…) |